“The truth will set you free. But not until it is finished with you.”
David Foster Wallace
Vivo a no sé cuántos metros de altura
a veces el altímetro me dice 1511
otras veces me lo llevo al corazón
y marca 1563
la verdad
no entiendo
la distancia
que tengo
de los pies
a la tierra
no se debe medir en metros
los metros son quimeras malditas
puras ofuscaciones
y aves de paso
para insólitas
realidades
adolescentes
a veces me canso
de escribir
los anaqueles
de mi futuro,
otras veces
sólo me dan ganas de bailar
y recordarlo todo en un sinfín
de acordes insospechados,
quiero salir a la calle
pero es tarde ya
y me siento delirante
mi ansiedad
podría caber
en un contenedor industrial
esta noche quería bailar
sacar mis demonios
sobre la luminosa pista
de baile
de risas
pero
me encontré
llorando
absurdos
necesarios
tibios témpanos
azules y análogos
como canciones
de Nils Frahm
o Hernan Cattaneo
y me fui a dormir
con las ganas
de comprar más vino
más elegancia
diría Calamaro
y salir sólo
era una excusa
para sentir
aburrimiento
allá afuera
la calle
a veces
me da miedo
mucho pavor
al igual
que las miradas oscuras
de la gente que quiero
con sus miedos
y sus confusiones
infinitas
quiero sentir
que nunca olvido
que todo está guardado ahí
en una caja silenciosa
pero con caricias estéreo
mi corazón las amplifica
con el pasar de los años
y todo va pasando lento
como
en un poema de huidobro
lento
lento
muy lento
como pasan
los aviones
los autos
la vida
las verdades
allá abajo
enfrente
de nuestras caras
con ese horror maldito
y hasta compulsivo
al que le temen esos
los altivos
y los necios.