no importa
cuanta verdad
haya detrás del dolor
no se puede cuantificar
las moléculas que uno pierde
al decir si
al decir no
los agujeros negros
de la paciencia
se extinguen
pero
esperan
esperan hasta alcanzarte
y cualquier zumbido de miel
o pretérito de drogas consumidas
es igual a un aullido fugaz
y feroz
no es nada nuevo
ya lo dijo ginsberg
y lo cantó morrison
de espaldas al público
en noches insolentes
y madrugadas
esperanzadoras
afuera
abajo
a unos pisos
más abajo abajo
de mi casa
unos perros ladran
yo escucho bowie
sentado en un sofá negro
y la noche parece también negra
todo va de prisa acá dentro
escucho a unas muchachas
colombianas o peruanas
la verdad
eso no importa
pero dicen tonterías
que podrían ser
verdades
exquisitas
mientras fuman
sus cigarros
o los míos
y beben
en vasos
de plástico
porque eso tengo
y afuera
todo va lento
tibio asfalto
senda luz
que cruza
la mirada
de un vagabundo
no me atrevo
a escribir
me da pánico escénico
todo eso
donde
encontrarías verdad
o felicidad o dolor
pero es que
no importa escribirlo
o sentirlo
transgredirlo
es lo que importa
si ya sabemos
que vendrá otro gobierno
la misma resignación
de los millones endiablados
ese gobierno
se llevará el recuerdo
para traernos otro olvido
y no diremos nada
porque todo afuera
es casi igual que todo adentro.