incoherencias
y a bailar solo
this charming man
después del trabajo
cargado
de vida
cargado
de birras
cargado
de muertes
y dolores
y cansancios
soledades
llenas
de cinismo malicioso
me encerré
como un paranoíco
no quise ver gente
no quise hacer daño
eso ya estaba hecho
desde hacía milenios
afuera
ahí abajo
los carritos
de colores
con sus
gentes
iluminaban
el vacío
del hematoma
más necio
de este
paisito
a punto
del delirio
gritaban su nombre
la vice
la dos
la maldita
era llevada
a matamoros
y el facebook
estaba atestado
de alquimistas
con sus opiniones
y sus cálculos tremendos
que lo calculan todo
eran memes
burlas
comentarios
naderías
y la noche me encontró
enrollando billetes
y abriendo latas
a las casi ocho
con cerati y curtis
en el sofá de la sala
mientras
la pantalla
titilaba
de poca batería
todo afuera
era oscuridá
y abandono
y prisas
y cerrojos
dentro
dentro
muy cerca
de mi corazón
todo era poemas
de pizarnik
y estribillos
de cut copy
en este
cúmulo
de libros
y espesores
que al final
son otra oscuridad
más diletante y sobria
un viejo almacén de adioses
una tibia promesa de futuros
quierendo escabullírsele al
dios más primogénito
de todos los sintetizadores
quería bailar más
sentir la música
en la entrañas
en el sexo
en los pulmones
mientras
todos los ridículos
protestaban
con pancartas
y frasesitas célebres
me aburrí
me perdí
fui el peor paria
de la patria más triste
así que salí
con transmission del 79
a buscar un poco de estruendo
a intentar palpar con la médula
de todos mis rincones
el delicioso rincón
de todos los agujeros negros
amargos
dulces
yo
sonoro
salado
salí a prisa
pulsé
el ascensor
y bajé hasta el sótano uno
desde el piso quince piso
donde vivo
y acumulo instantes
y frecuento a los aviones
y a la luna en todas sus caritas
a no sé cuántos metros de altura
me fui
me fui directo
al barranco de las decepciones
al enjambre torpe del aburrimiento
y de los altavoces
mal ecualizados
por lo menos
pude sentir
el tedio delicioso
de los itinerarios diarios
sobre mi cuello y espalda
con su dosis de ternura
dos policías
me saludaron de vuelta
dos amigas me gritaron guapo
tres compadres
me invitaron a una fiesta
en una terraza
o una bodega
no entendí
muy bien
ellos
ya
andaban
muy lejos
en otra parte
no quise estar ahí
por eso volví a casa
instantes más tarde
anestesiado de gente
y murmullos y vicios
encendí
los circuitos cerrados del corazón
y una docena de cigarros fumados
hasta el filtro de la amargura
a manera
de olvido
y celos
me encerré
otra vez
en mí mismo
en esta cárcel sonora
a ver la ciudad
comiéndose la cola
eternamente y continué
con los pendientes
mientras sentí
los pies cansados
pero hidratados
de exfoliante
nada fue tan certero
como sentirme
en una liturgia
de cosas por hacer
todas necesarias
dos libros
una edición
una consultoría
una vida estallando
en cristales de ocio
una ventana oceánica
con vista al horizonte
más negro de todos los paisajes
mientras the horrors
murmuraba
distorsiones
y tremendos anaqueles musicales
después que the national
me interrumpió
a media melancolía
con the vaccines
abrí otra lata
otra sonrisa
y otra y otra
después de un rato
de permanecer inmóvil
y convulsionando letras
bajo los efectos del dmt
pude salvar algunas cosas
desde la pantalla blanca
del computador blanco
que me decía cosas
sin entenderlas
claramente
por fin
salvé
el verso
fueron acordes disímiles
de algo exacto y milagroso
un último verso
una especie de viaje mántrico
que tal vez nunca imaginas
un verso profético
una certeza entre tanta mierda
a través del lenguaje
una especie de lícor irremediable
que te hace olvidar
lo que es vivir a solas
contra el mundo que palpita
palpita el verso
ese verso
que es mantra y universo:
estás vivo
así que viví
poco a poco.
sonoro
salado
salí a prisa
pulsé
el ascensor
y bajé hasta el sótano uno
desde el piso quince piso
donde vivo
y acumulo instantes
y frecuento a los aviones
y a la luna en todas sus caritas
a no sé cuántos metros de altura
me fui
me fui directo
al barranco de las decepciones
al enjambre torpe del aburrimiento
y de los altavoces
mal ecualizados
por lo menos
pude sentir
el tedio delicioso
de los itinerarios diarios
sobre mi cuello y espalda
con su dosis de ternura
dos policías
me saludaron de vuelta
dos amigas me gritaron guapo
tres compadres
me invitaron a una fiesta
en una terraza
o una bodega
no entendí
muy bien
ellos
ya
andaban
muy lejos
en otra parte
no quise estar ahí
por eso volví a casa
instantes más tarde
anestesiado de gente
y murmullos y vicios
encendí
los circuitos cerrados del corazón
y una docena de cigarros fumados
hasta el filtro de la amargura
a manera
de olvido
y celos
me encerré
otra vez
en mí mismo
en esta cárcel sonora
a ver la ciudad
comiéndose la cola
eternamente y continué
con los pendientes
mientras sentí
los pies cansados
pero hidratados
de exfoliante
nada fue tan certero
como sentirme
en una liturgia
de cosas por hacer
todas necesarias
dos libros
una edición
una consultoría
una vida estallando
en cristales de ocio
una ventana oceánica
con vista al horizonte
más negro de todos los paisajes
mientras the horrors
murmuraba
distorsiones
y tremendos anaqueles musicales
después que the national
me interrumpió
a media melancolía
con the vaccines
abrí otra lata
otra sonrisa
y otra y otra
después de un rato
de permanecer inmóvil
y convulsionando letras
bajo los efectos del dmt
pude salvar algunas cosas
desde la pantalla blanca
del computador blanco
que me decía cosas
sin entenderlas
claramente
por fin
salvé
el verso
fueron acordes disímiles
de algo exacto y milagroso
un último verso
una especie de viaje mántrico
que tal vez nunca imaginas
un verso profético
una certeza entre tanta mierda
a través del lenguaje
una especie de lícor irremediable
que te hace olvidar
lo que es vivir a solas
contra el mundo que palpita
palpita el verso
ese verso
que es mantra y universo:
estás vivo
así que viví
poco a poco.