miércoles, 30 de junio de 2010

De ejércitos y otras, otras...

Quisiera escribir desde el altar de un Templo Maya donde los "comunes" mueren por mi persona y mis dioses de bolsillo que guardo en mi chaqueta de cuero se suicidan por un adjetivo solemne. Quisiera escribir para matar el tiempo, con fusiles de asalto y guerras impropias, donde asesino día a día el futuro incierto de mi condenada raza, triste, mesoamericana. Quisiera, quisiera. Quisiera escribir "condenadamente bien" para ser famoso entre los famosos y jurar que yo nunca fui, un insolente e indiferente frente al mundo de los que añoran ser insolentemente famosos. Quisiera escribir. Si. Mucho. Lo hago. Pero quisiera escribir, así, sin ejércitos de por medio y contrabando. Quisiera escribir y olvidarme que tengo un compromiso con mi corazón de pirámide y mi pensar de milpa viva. Viva. ¡Viva la cosecha que asesinó los fusiles de muerte múltiple de ése imperio que pretendió ser aniquilador como un marea roja de asalto miserable y nunca logró su acometida!