miércoles, 18 de abril de 2007

5 poemitas en pdf

1

Dame
una molécula
de tu silencio,
hagamos scratch sobre los acetatos del tiempo.
Juguemos a la ruleta rusa con metralletas de diseño.
Viciemos con crack los tibios estantes de la literatura.

Nada salvará este nuestro ritual de ultra ciencias.
Nada me detendrá a la hora de surfear la mortal ola.


Vaciemos
los bolsillos de la vida,
rondemos como rondan los fantasmas
por los callejones accidentales del recuerdo.
Amanezcamos sobrios de lamentos, crucemos los dedos.
Recemos por los caídos, con tristes plegarias multimedia.

Vendrán nuevos días, dirá alguno.
Veré nuevos rostros, le responderé con desgana.





2

Te sueño y te palpo
pero ni siquiera te sueño, o palpo.
Te llevo conmigo,
sin la necesidad terca y obscena de llevarte.


Las palabras que escribo ahora
dejan de pretender solemnidades
tal cual diversas y adversas,
en esta tragedia de pluscuamperfectos.


Yo te tengo aquí
y sin tenerte, indiscutiblemente te tengo.


Hay un silencio nefasto
que nos mata las ganas,
la efervescencia inconstante
nos termina de doler los sueños.

Pero yo te tengo y tu me tienes,
respirando el aire caliente del desierto.





3

Punteame la vida, nena ( o puteámela )





4

Llevo una exconvicta palabra en la lengua
que no deja de implorar, buscar,
pronosticar auxilios insurgentes.

Llevo pronósticos adheridos al alma,
sin sufragios geopolíticos de piel
o anarquismos voluptuosos a quemarropa.


Me siento bien, y sólo bien en este día.
Tengo las ganas sin humores de urgencia
para contradecir al mundo y sus proveedores.


Hay algo en el aire, lo sé,
y voy sintiéndome mejor llevando en la punta de la lengua
el más lingüístico orgasmo con las prostitutas todas de la mañana.

Me siento entero,
tan crucialmente entero
cómo un lomo sangrante de ternera sin cortar.





5

Te llevo cómo una cruz ambidiestra, cómo una cicatriz en venta, cómo una filosofía sin filosofar. Te llevo como una plana caligráfica en marea alta, cómo una canción de cuna asonante y pensante. Te llevo a medio tráfico y cómo una espina muda a medio tragar. Te llego como una profecía ciega, cómo un trapecio circense a medio espacio, cómo una telepatía incesante de algoritmos por lograr. Te llevo cómo una piratería de adioses exquisita, te llevo cómo un boleto de última hora en Eurobus.

Te llevo en la quijada y en las ganas.
Te llevo de contrato y contrabando y souvenir.

Te llevo cómo una línea gráfica de diseño, cómo un triste alfiler de vudú. Te llevo impaciente en mi recuerdo y por más que quiera dejarte (o que me dejes); te llevo en las venas del silencio cómo una pixeleada estampa. Perfumada de magnolias, rociadas de mañanita fina estampa; un lucero caballero.