no tengo nada nuevo para darte;
sólo tengo una amalgama insomne de días enteros,
versitos partidos en decimales recuerdos.
moneditas de cambio para estacionar tristezas.
sarampiones alfabetos en cuestión de duda.
no tengo nada nuevo para darte;
sólo ésta mi penúltima vigencia de ángel,
sólo este ejército colmado de música y espanto.
sólo esta tibia intención aparcada a final de párrafo.
sólo éste mi rutinario andén mirando al cielo, o al infierno.
no tengo nada nuevo para darte;
incendiemos con lutos la primavera,
descolguemos de las paredes el universo.
arrendemos una canción de moda, pongámonos cursis.
escribamos urgencias, gastemos el sueldo, besémonos los miedos.