Hoy le huntaré un gramo de felicidad, a los panfletos menos actuales de mi desdicha. Luego, le perforaré salidas de emergencia a todos mis más urgidos versos en fatalidad. Más tarde; escuchando Blondie, brindaré sabiamente por vos, curvilínea. Desconocida, mortal, incontenible y abrupta blanca sorpresa. Luego, incondicionalmente me hundiré en vos; fatal, he de sospecharlo. Y sin la menor duda, me estacionaré sobre tu itinerario. Hecho de palmeras, frutas, y una que otra superstición.