/uno/
Una sobria e indispensable opción sería juntar nuestras manos. Pero con esta fría distancia infernal tan sólo nos queda palparnos las soledades; en un mutuo acuerdo de noches con noches y desórdenes sin itinerario.
/dos/
La noche es el presagio de tu risa. Tu silente risa. Y cuando dices mar, revienta en luz una colmena de estrellas que llevan tu nombre; inapropiadamente. Sin colores ni oscuridades de por medio te bañas en su candor triste. Pero el mar que has nombrado es ya, una incipiente tempestad de sueños versos. Y la noche, entonces; vuelve a su ritmo loco de momentaneidades y extenuantes silencios por debajo de la ropa. Tu y yo, inexplicablemente; volvemos a ser los mismos. Uno a uno.
Una sobria e indispensable opción sería juntar nuestras manos. Pero con esta fría distancia infernal tan sólo nos queda palparnos las soledades; en un mutuo acuerdo de noches con noches y desórdenes sin itinerario.
/dos/
La noche es el presagio de tu risa. Tu silente risa. Y cuando dices mar, revienta en luz una colmena de estrellas que llevan tu nombre; inapropiadamente. Sin colores ni oscuridades de por medio te bañas en su candor triste. Pero el mar que has nombrado es ya, una incipiente tempestad de sueños versos. Y la noche, entonces; vuelve a su ritmo loco de momentaneidades y extenuantes silencios por debajo de la ropa. Tu y yo, inexplicablemente; volvemos a ser los mismos. Uno a uno.