Curiosamente, a Catalina se le apagó el motor de su hatchback blanco en una curva de la autopista regresando del puerto un día domingo por la tarde. Del estereo del carro, he allí lo curioso, sonaba Help de los Beatles de un casetío que Cristian le había regalado para un aniversario de novios. Ha de ser la faja, pensó, o quizás el radiador. Pero realmente, no tenía la menor idea.
Catalina, cantaba más y más fuerte dentro del compacto, desesperada, preocupada: 'i know that i just need you like i've never done before' mientras Ringo Star golpea las cajas de la batería como un elegante animal y Harrison junto a Lennon entran de la manera más rítmica posible al estribillo con sus sendas Sonic Blue Fender Stratocasters.
Luego, Catalina se bajó y descubrió que el problema no era el radiador, sino algo más fundamental: la gas. Buscó un galón de jugo de naranja en el asiento de atrás, cerró los vidrios, las puertas, y empezó a caminar. El sol, en el horizonte, empezaba a ceder fuerzal y el airecito de domingo, cruzaba en la autopista con una sensual cordialidad.
Catalina, cantaba más y más fuerte dentro del compacto, desesperada, preocupada: 'i know that i just need you like i've never done before' mientras Ringo Star golpea las cajas de la batería como un elegante animal y Harrison junto a Lennon entran de la manera más rítmica posible al estribillo con sus sendas Sonic Blue Fender Stratocasters.
Luego, Catalina se bajó y descubrió que el problema no era el radiador, sino algo más fundamental: la gas. Buscó un galón de jugo de naranja en el asiento de atrás, cerró los vidrios, las puertas, y empezó a caminar. El sol, en el horizonte, empezaba a ceder fuerzal y el airecito de domingo, cruzaba en la autopista con una sensual cordialidad.