viernes, 11 de agosto de 2017

UNA TEMPESTAD llamada Scarlatti y otra llamada Brahms


Birthdays was the worst days.
Now we sip champagne when we thirsty.
The Notorious B.I.G.




A aquellos y aquellas
que creen que les falta talento...




Si vas a escribir
aseguráte de martillar hasta el fondo
y de propiciarle una buena golpiza a tus miedos.
Dale prioridad al impulso, al fuego y al desasosiego
que es lo único que te mantiene vertical
y preguntándote si tal vez, mañana habrá un mañana.

Mañana,
cuando salga el sol
estarás profundamente dormido
pero estoy seguro que habrás escrito una sonata,
una tempestad llamada Scarlatti y otra llamada Brahms
en tu documento de Word todavía abierto en la laptop moribunda.

Cuando lo leás, sabrás que habrá valido la pena.
Que el impulso que te sostuvo toda la madrugada
será un desavenido recuerdo, borroso y tibio delirante.
Sabrás que todo el Chet Faker y el Kendrick Lammar
que te metiste en los oídos
hicieron su efecto.


Si vas a escribir
aseguráte de dejarlo todo sobre las teclas.
No seás de esos tuiteros que le dan vueltas al martillo
con el que les urge romper las cuerdas de una madera rimbombante.
Olvidáte de quien te lee, olvidálos a todos, no hay nadie.
Solo sos vos y tu repicar constante a solas con el universo.


De nada sirve decir:
"Procuraré quererte como los marineros torpes en la costa asidua".

Es mejor sumergirte en los súperbajos del Drake más tosco
mientras la oscuridad decae hasta volverse luminosa y tierna.


Si vas a escribir
aseguráte de no pimpear tus imperfecciones,
dejálas crudas y obtusas y crispantes en cada simetría.
Todo aforismo y haikú surgió de los más turbios excesos.
No miento, para qué mentir a estas horas de los escombros.
Solo te estoy dando cafeína para tus mañanas torpes y vagabundas.


¡Vamos!
Suspendéte en el aire que es tu infierno y paraíso.
Ningún Chopin o Nas salió a salvo del estruendo,
pero la ternura, oh, la ternura.
A ella nunca la olvidés ni le soltés la mano, te lo pido.
Cualquier canción de Tupac o Lil Wayne te lo confirma.


¡Vamos!
Abrí otra cerveza y olvidáte de una vez por todas
de esas decepciones que te sucumben la trompa.

Despojá tu corazón del maullido de gatos
que ofuscan todos tus recuerdos torpes y miopes.
La vida es una tempestad que se celebra y se agoniza.

La vida es una tempestad
por la que muchos pasaron
mientras dejaban su piel en cada grito de angustia.

La angustia y la zozobra,
son solo maneras de recorrer una isla atrofiada
en tu corazón colapsado de desencanto y llanto.


¡Vamos!
Tomáte la penúltima cerveza
y recibí el último ritual de tu existencia.

Sos nebulosa y estallido.
Sos volcán acérrimo y lisérgico en la lengua.
Sos mar estallando en tsunami de provocaciones.


¡Escribí!
Eso te toca,
dejar de menguar tus salvajismos y tus proezas.


Aflorálo todo en la superficie de la nausea.
Dejá que el vacío te aplauda y adormezca,
poné Coltrane y balbuceá universos como si fueran pequeñas Vías Lácteas.