jueves, 20 de julio de 2017
KANYE WEST, luna llena y un par de almohadas
Tenía muy poco dinero en el banco
y compré una botella
de ginebra en oferta.
Me la empecé a beber
con el mejor rap de Kendrick Lamar, Tupac y Jay Z
a todo volumen y a ritmo de tabaco y sueño y escritura.
Después de un rato me aburrí
de estar peleando en madrugada
y quise salir pero ya era muy tarde.
Además. No tenía mucho dinero
y todo me daba vueltas de rabia y mareo y angustia.
Fumé un poco más
y me quedé dormido
tumbado sobre la alfombra.
Horas después abrí los ojos y sonaba Kanye West
de los parlantes y había una chica guapa en minifalda
que me miraba y sonreía sin yo entender qué pasaba.
Le pregunté que dónde estaba y
sin titubear mucho me dijo que estaba en sus sueños.
Juré por mi vida que no volvería a tomar ginebra malo
pero en el fondo sabía que lo volvería a hacer solo para ver qué pasaba.
Me levanté. Sonrió. Le serví un gin doble y charlamos por varias horas.
Al amanecer nos besamos
y al quitarle la blusa pude ver una luna llena mal tatuada
justo a su costado izquierdo. Era linda la luna. Pero mal delineada.
Le pregunté que qué significaba
y me respondió: "¿En serio es importante?"
mientras se desvestía a media sala y dejaba ver una cadera fulminante.
Hicimos el amor sobre la alfombra
y en el sofá y sobre la mesita de la sala.
No puedo describirles la ternura que sentí
luego de verla cruzar hacia la habitación y
traer un par de almohadas y una cobija bajo el brazo. "¿Y esas?" le pregunté.
"Son para que durmamos más cómodos...
mis mañanas son frías" respondió sonriendo.
Horas más tarde cuando abrí los ojos
había desaparecido al igual que toda mi ginebra.
No entendí muy bien todo lo que había pasado
porque todo parecía una alucinación ilógica
de esas que te dejan los guaros malos y sus destilaciones turbias.
Se la había llevado el viento
completamente como una cometa encendida en olvido negro
y yo estaba perdido tratando de recordar detalles y gestos y actos reflejos.
Pero una sola cosa me hizo sonreír
y fue encontrar una nota sobre mi cuaderno:
"Gracias por estar una sola noche entre mis sueños".
Corrí de prisa al baño
y la sonrisa se me borró
justo después de vomitar pájaros azules sobre el azulejo.