1.
Me encierro en The National.
La madrugada podría ser lenta.
La madrugada es una estrella purpúrea,
un almacén de imágenes viejitas que se condensan.
Escribo para amortiguar el descenso y no por otra cosa.
Si no lo hago se me escapa de las manos algo: Mi vida,
los restos de algo que es mi vida.
Me encierro,
como todo el mundo se encierra en algo:
un trabajo, un matrimonio, una carrera universitaria, una tregua.
Ya ves.
No somos tan distintos.
2.
De nada me servirá escuchar y escuchar The Vaccines esta noche.
Hoy soy soy sólo sombras como cuento de Carver
ensimismado en el abismo
y con el corazón cerrado de optimismo.
¿Te gustaría ir a comer unos tacos más tarde?
¿Tal vez más tarde?
Mierda,
ya estoy hablando solo otra vez
y pretendiendo que vos, que leés,
me estás leyendo.
3.
Decir olvido
es recordar que existe.
Decir palabra
es asesinar al poema.
Debemos olvidar que la poesía existe.
Ella respira por sí sola sin que la nombremos.
Es como una tonadita de Bauhaus
que lo inundó todo de ternura negra sin saberlo.