A Bromo, porque sí
Imaginá,
por sobre todas las cosas
me siguen diciendo
el tremendo
el audaz
el hijueputa
el chamán
el santo
el diablo,
el charmer.
El astuto
el sabio
el panfletero
el absurdo
el ridículo
el culito,
el culto.
La mayoría de las veces
cuando me encuentran solo,
en la barra
en la calle
o en los lugares que frecuento
me dicen
el hereje
el maldito
el bizarro
el superhombre
el desencantado,
el transformer
el de talento
el llenoemierdas.
El comunicador
el elegante.
Otras veces
sencillamente
los escucho decirme
el dionisíaco
el falaz
el humilde
el hipersensible
el amigable
el mujeriego
el santo
el cabrón
el de la música
o a secas,
el gran 'cerote de los cerotes'.
La noche
o la vida
nos va poniendo
en el mismo lugar
a vos, a mí y a todos.
Yo mientras
sigo escuchando
cómo todos los
que me rodean
me siguen diciendo
el especial
el que tiene
el de la fiesta.
El que sabe
el del ingenio
el animal
el vivo
el maldito.
Pero siempre
sobre todo,
el 'poeta'.
Yo no puedo
hacer más nada
que tragarme
de inmediato
la cicuta,
ése veneno.
Y en días
cómo hoy
que el dolor
y la embriaguez
son evidentes
no puedo,
hacer otra cosa
que pedir
ésa pócima inalterable
en vaso corto.
Y sobre todo
en las rocas
(tres o cuatro);
pero siempre mezclada
con Whisky o Amaretto (2 Oz)
Por aquello de los amargados
y los no tan dulces
o elegantes,
que merecen mi sonrisa.
Imaginá,
por sobre todas las cosas
me siguen diciendo
el tremendo
el audaz
el hijueputa
el chamán
el santo
el diablo,
el charmer.
El astuto
el sabio
el panfletero
el absurdo
el ridículo
el culito,
el culto.
La mayoría de las veces
cuando me encuentran solo,
en la barra
en la calle
o en los lugares que frecuento
me dicen
el hereje
el maldito
el bizarro
el superhombre
el desencantado,
el transformer
el de talento
el llenoemierdas.
El comunicador
el elegante.
Otras veces
sencillamente
los escucho decirme
el dionisíaco
el falaz
el humilde
el hipersensible
el amigable
el mujeriego
el santo
el cabrón
el de la música
o a secas,
el gran 'cerote de los cerotes'.
La noche
o la vida
nos va poniendo
en el mismo lugar
a vos, a mí y a todos.
Yo mientras
sigo escuchando
cómo todos los
que me rodean
me siguen diciendo
el especial
el que tiene
el de la fiesta.
El que sabe
el del ingenio
el animal
el vivo
el maldito.
Pero siempre
sobre todo,
el 'poeta'.
Yo no puedo
hacer más nada
que tragarme
de inmediato
la cicuta,
ése veneno.
Y en días
cómo hoy
que el dolor
y la embriaguez
son evidentes
no puedo,
hacer otra cosa
que pedir
ésa pócima inalterable
en vaso corto.
Y sobre todo
en las rocas
(tres o cuatro);
pero siempre mezclada
con Whisky o Amaretto (2 Oz)
Por aquello de los amargados
y los no tan dulces
o elegantes,
que merecen mi sonrisa.