El día del lanzamiento oficial del último disco de los Eurythmics, Catalina se reunió con sus viejas amigas del cole para celebrar su cumpleaños número 27 en un concurrido bar de la zona viva, del cual es propietario Roberto, un amigo que trabajó en la misma agencia de publicidad donde fue despedida Catalina hace mes y medio por motivos inauditos.
Ya en el bar, Lorena, una de las amigas del cole, se levantó al baño para 'empolvarse' la nariz y Catalina, aprovechó ese momento para dirigirse a la barra, platicar con Roberto y pedirle al oído su regalo de cumpleaños mientras pensaba en Cristian, su ex novio. Uno de los tipos de la barra, yuppie con corbata de diseño, le preguntó qué ¿qué tomaba? y la invitó a un ron excediéndose de corteses ademanes. Catalina, le sonrió de inmediato al aceptar de las manos de Roberto el trago. Incómoda, pero con una sonrisa hermosa, le dio las gracias. Brindó con el desconocido, hablamos luego, le dijo de intercambio. Al momento de regresar a la mesa, trago de ron en mano, empezaron los primeros acordes del sintetizador de Here Comes The Rain Again. Catalina, se volteó hacia la barra y le mando un enorme beso a Roberto con un explícito gesto. David Stewart es realmente bueno, pensó mientras se sentaba y buscaba un Marlboro en su bolsa gris con negro.
Al terminar la canción, caminó hacia el baño con una sensual ansiedad. Pasó junto a la barra. Le sonrió al desconocido y entró al sanitario rápidamente. Ahora sonaba en el bar, una canción de Eric Clapton, a lo lejos. Ya sólo le faltaba, un poquito de 'maquillaje'.
Ya en el bar, Lorena, una de las amigas del cole, se levantó al baño para 'empolvarse' la nariz y Catalina, aprovechó ese momento para dirigirse a la barra, platicar con Roberto y pedirle al oído su regalo de cumpleaños mientras pensaba en Cristian, su ex novio. Uno de los tipos de la barra, yuppie con corbata de diseño, le preguntó qué ¿qué tomaba? y la invitó a un ron excediéndose de corteses ademanes. Catalina, le sonrió de inmediato al aceptar de las manos de Roberto el trago. Incómoda, pero con una sonrisa hermosa, le dio las gracias. Brindó con el desconocido, hablamos luego, le dijo de intercambio. Al momento de regresar a la mesa, trago de ron en mano, empezaron los primeros acordes del sintetizador de Here Comes The Rain Again. Catalina, se volteó hacia la barra y le mando un enorme beso a Roberto con un explícito gesto. David Stewart es realmente bueno, pensó mientras se sentaba y buscaba un Marlboro en su bolsa gris con negro.
Al terminar la canción, caminó hacia el baño con una sensual ansiedad. Pasó junto a la barra. Le sonrió al desconocido y entró al sanitario rápidamente. Ahora sonaba en el bar, una canción de Eric Clapton, a lo lejos. Ya sólo le faltaba, un poquito de 'maquillaje'.