miércoles, 2 de noviembre de 2011

TODOS tus muertos

"my love stirs and breathes and
sleeps again,

part of this world and yet
part of that
".
Raymond Carver




Nos despediremos de nuestras sombras, cuando la marea haya avanzado y no quede nada de nuestros rastros, sobre la arena que transitamos sin metaplasmos ni alucinaciones de medianoche, ni estrellas miopes, ni soledades entorpecedoras. Nos despediremos de nuestras sombras, de nuestro humo de cigarros compartidos, de nuestras idas a los centros comerciales, cuando la ola haya dejado su humedal de símbolos y el vaivén de la madrugada nos lleve a costas más seguras, donde pondremos fin a la línea que dibuja nuestro destino y condensa nuestras felicidades tercas.

Nos despediremos de nuestras sombras. Cuando la mañana haya avanzado y la sal le de cobijo a nuestras heridas, abiertamente. Tú verás que la vida transcurrida es sólo un pedazo de nube, una esquina de ala, una curva de espuma, un agujero negro en la mochila de los sueños. Tus pasos, al igual que los míos, serán retazos de un mapa que nunca recorreremos juntos.

Toda la literatura, podría asegurarte, cabrá en un grano de arena, en un cuaderno de notas abierto a la intemperie. Te despedirás de mí, sin darte cuenta. Tus manos me dirán adiós sin que tus manos, precisamente, hagan movimiento alguno.

Luego de despedirnos como dos amantes que se conocen sus esquinas, sus rincones, sus aristas; desenredaremos los engranajes de la monotonía y por fin podré decirle adiós a todos nuestros muertos, con calma, impávido y con la cara limpia. Sin asombro veremos cómo el fantasma de la duda socava todas las tristezas del mundo y nos despierta, abruptamente, con el quejido de la voz de los jugadores de fútbol y los torpedos de reguetón gimiendo en la grabadora.


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todos tenemos
costales de ratos
promesas fallidas
viajes pospuestos
corazones rotos

esta mañana dejaré de leer a murakami
y me sentaré a ver como cae el granizo

esperemos que deje de llover en el trópico


así lo predijo el telediario


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La fantasía de Cortázar. El crujir de Joyce. La ficción en Borges. La ferocidad en Bukowski. La ternura de Lorca. El asombro en de Lión. El porvenir en Sábato. El lirismo de Lautréamont. La exactitud de Onetti. La surrealidad de Paz. El agotamiento de Proust. La pulcritud de Carpentier. La sorpresa en Manegat. La precisión en Mallarmé. La humedad de Miller. El desvanecimiento en Kafka. La rigurosidad de Poe. El desencanto en Rimbaud. El estruendo de Baudelaire. La belleza de Pizarnik. El amor de Neruda. La verborrea en Cernuda. La incisión en Bolaño. La aproximación en Carver. El estallido de Huidobro. La serenidad de Apollinaire. La rumba en Arlt.el lenguaje en Platón. La brevedad en Monterroso. La pólvora de Dalton. Los morfemas en Villaurrutia. La metáfora en Juarroz. El sincretismo de Cardoza. La humildad de Hernández. La imposibilidad en Girondo. La luz en Góngora. El infinito de Pound. La voracidad de Monzón. La maquinaria de Bowles. La extensidad en Quevedo. El hilarismo de Cervantes. El aullido en Ginsberg. La facilidad de Blake. El silencio en Kerouac. El aletargamiento de Woolf. La imaginación de Pavese. El eco de Storni. El roce de Nin. La dialéctica en Nietzsche. La vehemencia de Celan. La genialidad en Sartre. La brevedad de Li Po. El furor de Camus. La austeridad en Foster Wallace. El filo de Eliot. La fuerza en Mann. El subconciente en Jung. La poesía de Lacan. El peso de Freud. La ira en Hemingway. La descripción de Canetti. El absurdo de Hesse. La rigurosidad de Thomas. El arquetipo en Artaud. La prontitud de Plath. El barroquismo en Yourcenar. El surrealismo de Bretón. La dicción en Verlaine. La sencillez de Granados. La complicidad de Ruiz Udiel. El musicón de Caicedo. La agilidad en Fellini. El terror de Hitchcock. La naturalidad en Kubrick. La humanidad en Kurosawa. La pasión en Rossellini. La pulcritud de Bergman. El sincretismo en Truffaut. El absurdo en Buñuel. La crudeza de Papo. La vacuidad de Espumer. El empirismo en Abuelo. La pulsión en Prodán. El exceso de Moura. La melancolía de Chopin. El virtuosismo de Bach. La intensidad de Tchaikovsky. El minimalismo de Brahms. La complejidad en Wagner. La sutileza de Lizst. La hiperrealidad en Morrison. El estruendo de Hendrix. La palidez de Barrett. La calidez en Joplin. La magia de Monk. La astucia de Kuti. El infinito en Getz. La autopista de Parker. El universo en Coltrane. El estallido de Cobain. La polifonía en Winehouse. La euforia en Bonham. El deseo en Hutchence. La versatilidad en Smith. El llanto en Lennon. La desolación en Curtis. La ausencia de Cerati. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. El dolor. EL DOLOR.


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quiero olvidarlo todo
y recordar que hay poemas

que lo dicen todo




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SOUNDTRACK:
Elliott Smith - Waltz #2
Joy Division - Transmission
John Coltrane - My favorite things