viernes, 21 de octubre de 2011

1944 (remake)

No soy nada,
como lo escribió Pessoa.
Soy sólo fórmulas
para una ecuación desconocida,
soy sólo instantes equívocos
vertidos sobre la autopista del olvido.
No soy nada.
Una chiquilla camina a mi lado,
me toma de la mano,
me pide que le susurre canciones que no conozco,
me pide que le compre un helado de uva o mandarina.
La niña soy yo,
tomando la mano de alguien desde otro continente.
La niña es este país, este diluvio de primaveras volátiles.

Largas travesías
han recorrido mis pies, mis ojos,
efímeros son los encuentros con personas que llevo muy dentro.
Algunos se fueron desvaneciendo entre los viajes,
algunas personas que amo
con lo más preciso de mi corazón,
decidieron marcharse y no volver más a este recinto de huesos.
Alguien me escribe por la ventana del chat,
me pide auxilio, quiere que corrija sus poemas.
No tengo tiempo,
no existe tal cosa.
Aquí todo es velocidad,
no hay tiempo para el hambre, no hay tiempo. No hay tiempo.

Pocas veces sabemos decir
lo que realmente queremos decir,
el resto de las veces balbuceamos fonemas torpes,
escupimos torres de saliva que no dicen nada.
En una de las tantas esquinas de mi barrio,
mi auto se oxida en la intemperie
y la lluvia, que no perdona nada,
deja a miles de familias sin techo.
Los ríos se desbordan,
la vida decrece en cualquier parte.
No soy nada, nunca lo he sido.
Soy sólo fogonazos de incertidumbre,
soy sólo arañazos en la espalda de la vergüenza,
miedos congénitos que conviven con la paranoia.
Quiero sentarme en la plaza pública,
disfrazar mi tristeza con tibias revoluciones
al vaivén de una bandera que no me dice nada.

No soy nada,
ya lo dijo Pessoa.
Un atardecer está languideciendo
y te juro,
por lo que más aprecio en mi vida,
que un tren parecido a una bala blanca
viaja desde muy dentro de mí hacia afuera,
recorre constelaciones de rabia
y choca con todas las cosas que amo
hasta destruirlas por completo.

No soy nada.
Tú eres todo.
Algo explota dentro de nosotros
mientras nos desvanecemos entre los tituales del noticiero.
No soy nada. No eres nada.

Alguien fuma a mi lado
y un remolino de estrellas,
desaparece entre la noche más negra,

sí, la noche en que nuestros ojos,
los ojos que lo han visto todo,
difuminan

esta eterna primavera.
 




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SOUNDTRACK:
Indigo Children - Momentos Lúcidos