miércoles, 15 de junio de 2005

Proeza

Tengo la profunda certeza, de saber que hay otro idéntico a mí en alguna parte, esperándome en una esquina mientras enciendo este cigarro y me rasco torpemente la cabeza. Estoy seguro, o al menos lo supongo; que ése idéntico a mí está a punto de dar un paso con el pie derecho, mientras yo termino de dar el paso con el pie izquierdo que justamente me lleva a esa esquina donde platican incesantemente un grupo de idénticos a mí, murmurando no sé qué cosas mientras chupan simultáneamente sus cigarros y dejan de rascarse sagázmente la cabeza. Yo sé que me observan, sí, cortesmente me miran; pero no puedo dejar de envidiarles los cigarros, la plática, o el tan buen parecido y tan idéntico mientras se rascan brevemente la cabeza o visceversa.