jueves, 11 de agosto de 2016

SOY (anotaciones de Twitter y fragmento de otro libro inédito "SOYOLO", sumado a todos mis delirios)

*
A quienes me preguntan...
Sí, soy chef. Y mucho más.




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También soy un enjambre de olvidos que no olvidan.
 Y una carretera con peaje, que no tiene a nadie a quien cobrar.




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Soy luz negra en el laberinto contemplativo del dancefloor.
 Soy ruido animal, muralla de silencios.

Y a veces, también soy solo un souvenir.




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Soy la metida de mano
que te espera en cada esquina dormida de la noche.

También soy plegaria y mar en exceso.
Tibia arritmia de lisérgico y dedos inquietos al amanecer.




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Soy solo distorsiones dulces.
Colmenas amargas y nebulosas estallando
como lisérgico en horas donde ya todo está perdido. Pero algo vendrá.




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Soy una cárcel de reos angustiados,
una mentira política que está a punto de estallar.

Soy venas culpables, ansiedades maridadas en silencio.
Ruidos y predestinaciones que emigran hacia otro olvido.




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Soy solo un punto suspensivo.
Una coma que permite que avances.

Yo me quedo.
Yo soy capítulo muerto. Pasado. Pues.

Mis caracteres que son lobos fieles
te darán otra lección. Tiempo después.




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Soy escombro de lo que fuimos.
Música que embriaga a no cualquiera.

Soy el postpunk metido en tus poros,
la pólvora y el polvo imborrable que soñaste alguna vez.




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Soy un poema de Alberti o Cernuda.
También soy Lorca, Mallarmé y Proust.

Lo mejor de mí reacciona con Rimbaud, claro.
Pero no todo es desatino, infección, lamento, oscuridad.

A veces se me sale lo Vallejo callejero
y en la tristeza de ver la vida, pasar, todo se me ilumina.

Siento un pesar divino. Una pequeña gloria.
Pero ahí soy, una pequeña y salvaje insolente divinidad.




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Soy cigarros fumándose solos
con una rola de Placebo o James Blake.

Soy los mismos cigarros, horas después,
cuando me desanudo la rabia y la soledad.

Obvio.
¿O vos no?




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Soy nada más que treguas, lodo.
Fango infinito que cabe en la bota o en el último Air Jordan
que estás por comprar. Yo ya compré dos. Y lindos.




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Soy películas de Kubrick.
Todos mis miedos y deseos
caben en The Shining o Lolita.

No soy cine.
Soy mucho más que Lars Von Trier.




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Soy cigarros intermitentes
y noticias de hora pico que duelen.

Soy dolor.
Nada menos. Eso.

Me duelo todo el tiempo, es mi rutina. Mi azar.

¿Y vos? ¿Te dolés? Deberías probarlo para ser feliz.




*
Soy la felicidad escondida en un libro de Thomas Mann.
También soy decibeles torpes y aprendices
que lo encuentran todo en Cortázar, Onetti o Palahniuk.

¡Bah, qué hueva!
Mejor releamos a Lindquist o a nuestro amigo Arnoldo.
Ahí hay talento, furia, rigor y vergueos históricos más importantes.




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La luna cuando cae me saluda. Me conoce de años.
Soy esa porción de luz que de alguna forma la hace brillar.

¿Por qué?
Porque mi oscuridad es lenta y foránea y obtusa. Ella lo sabe.

La luz que ves no es nada más que la luz que proyectas al cosmos.
Este verso es para que no lo olvides. Recuérdalo.




*
Soy geometría sagrada en cada gesto.
Felicidad comprimida en su Ayahuasca o Peyote.

A mí, porque soy intenso y me gustan las verdades inmediatas,
me gusta mucho el DMT. Ahí encuentro el quiebre de la ternura.

Y bueno, pa' que mentir. Eso soy. Ternura hecha colochos.




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Una tarde me presentaron a Panero y a Teillier
en medio de botellas de vino y arte de Comalapa.

Ahora que lo pienso,
mis amigos de Comalapa riman muy bien con estos dos genios.

Esa noche, hace quince años, también conocí a Benvenuto. Todo bien.




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Soy la penúltima copa de tinto,
el penúltimo gin, el penúltimo pase.

Soy la constelación-espejo donde vos te podés ver.
Y eso, sobre todas las cosas, es el mejor regalo del cosmos.

Aceptálo.
¡Así es! ¡No lo ignorés!




*
Soy solo miedos, promesas que cumplo tarde, vicios torpes.
Soy todo eso que inunda un bosque y rebosa un vaso límpido.

Soy muchos epicentros al mismo tiempo. Muchos.
Un zumbido de música y silencio estallando como
un recuerdo en gotas
un estruendo en ectasi
un vendaval eufórico
un lento hormigueo que adormece

Soy muchas fórmulas y alquimias a través de los años.
Soy todísimo eso.
Y claro, mucho más.




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Soy un poema dormido de Plath o Pizarnik.
Soy Pessoa en su algoritmo mágico
de los personajes dulces y trémulos.

¿Qué más? ¡Nada más!
Con eso es más que suficiente.




*
Todos los toneles o barricas de vino que he tomado. Eso soy.
No voy a venir a hablar pajas.
Me llega tu colección de acetatos, claro.

Pero si no tenés algo de Bowie o Radiohead
mejor vámonos despidiéndonos.
Ya. Por favor.




*
Soy una almohada que encumbra al sueño.
Soy almohada, sueño y deterioro con los años.

Pa' qué seguir esperando peras al olmo.
¡Al olmo! ¡Si yo soy olmo desde hace tanto tiempo!




*
Soy de los que se encierran
a viajar con la música contempo.
A veces es Fraaek, Kontra o Nils Frahm.

No me interesan los anaqueles territoriales,
las bachas nauseabundas de la música mala.
Quiero solo grandezas. Eso soy, como mis contemporáneos.




*
Soy lo que ves cuando me ves
y lo que sentís cuando me sentís.

Acá no hay pajas.
El poema es la honestidad destilando verdades.

"Hola, me dicen Pablito."
Eso le digo a todo el mundo.

Y bueno.
Eso soy.




*
Arrancar a talegazos la corteza del árbol más triste.
No. Eso no te va a llevar directo a la felicidad.

La felicidad es algo sin costumbre, algo sagrado.
Yo alguna tuve la felicidad entre mis manos.
La felicidad no es algo eterno, es algo efímero que se agradece.

Lo dijo Borges. Y con eso ya tenemos algo memorable.

Pero agradecer lo que sos es el propósito, aún así triste, roto o rota.
Sí. Eso es lo que te llevará directito a la felicidad porque es honesto.


¡Y en eso Borges nos pela la ver...dad de sus Alephs atrapados en Chimaltenango!




*
Soy conchas de mar, postales viejas y puras bienvenidas.

Decirle "hola" a lo que viene es algo sagrado.
Ahí no hay catacumbas que aprisionan el odio y la rabia.

En las bienvenidas solo existen puros resplandores (porros)
y origamis que nos repiten que debemos dar gracias a lo que somos.

Somos.




*
Cuando duermo soy solo alondras en picada,
viejo sauce viniéndose abajo y piedra firme.
Torpe.

Nada de lo que digo ahora.

Es verdad.




*
Soy Foster Wallace sintiendo el nudo en la garganta.
Soy Ian Curtis pasándola mal antes de empezar la gira.
Soy Virginia Woolf con el río respirando en sus pulmones.
Soy Sylvia Plath con el calor en las orejas.
Soy Jim Morrison abrazando el último aforismo de Nietzsche.
Soy Gustavo Cerati tocando la última rola de Spinetta.
Soy Spinetta apretando en su garganta a la Vía Láctea.

La Vía Láctea me ve desde lejos, pero es cerca.
Yo estoy borroso intentando nombrar galaxias que no existen.

La vida florece con sus testamentos vívidos zen.
La vida es un estallido de estrellas meditabundas.


Soy todos los muertos que viven en mi colochera
y siguen vivos a través de lo que escribo.

Eso soy.
Eso somos.

Dame un abrazo, un buen abrazo.
Qué bueno que coincidimos.

Un gustazo en conocernos.
Qué rico.




PLAYLIST:
Nils Frahm, Loscil, Fraaek, Alex Hentze, Stephan Bodzin, Kontra y Morrissey.