He de suponer que habitamos los silencios de la noche, que escondemos ternuras y enjambres de esperanza en cada rincón del día. He de suponer que en cada abrazo entregamos barcos migratorios, lanchitas motorizadas de vaivén y delirio. He de suponer que hay autopistas inesperadas, que conducen a un muelle de felicidades inéditas, mientras el continente se hace añicos, sobre ruinas estrafalariamente moribundas y el país explota con sus bombas de impaciencia y elecciones.
Un cúmulo de polvo de estrellas, surcan el cielo e incendian de luz mi sonrisa. Un bailoteo, tinto como el vino, tinto como tu sonrisa, me estremece y conmueve las ansias hasta embriagarme de movimiento. Las paredes donde colgamos los cuadros del pasado, caen como árboles flácidos desde el abandono más inmediato. Todo el dolor cesa. Nos mordemos los labios. Nos palpamos los miedos. Todo es un abrir de caminos y canciones.
Quiero viajar a la simetría de tu espalda. Tatuarme el rojo incendiario de tu melena esquizoide. Quiero oxigenar con películas nuevas esta salita de estar inamovible. Quiero juntar tus manos, leer uno a uno los libros del destino, regalarte todas las fotografías del alba. Quiero recorrer la playa de tus ojos, la miel volátil de tus pies blancos, el volcán eléctrico de tu deseo.
Quiero reunir todas las palabras de todos los diálogos de Kusturica o Fellini y, amontonarlas, en un poema que podamos guardar en la cajuela del carro para tiempos de emergencia y carretera.
VIDEOCANCIÓN:
Los Amigos Invisibles - Playa Azul
Un cúmulo de polvo de estrellas, surcan el cielo e incendian de luz mi sonrisa. Un bailoteo, tinto como el vino, tinto como tu sonrisa, me estremece y conmueve las ansias hasta embriagarme de movimiento. Las paredes donde colgamos los cuadros del pasado, caen como árboles flácidos desde el abandono más inmediato. Todo el dolor cesa. Nos mordemos los labios. Nos palpamos los miedos. Todo es un abrir de caminos y canciones.
Quiero viajar a la simetría de tu espalda. Tatuarme el rojo incendiario de tu melena esquizoide. Quiero oxigenar con películas nuevas esta salita de estar inamovible. Quiero juntar tus manos, leer uno a uno los libros del destino, regalarte todas las fotografías del alba. Quiero recorrer la playa de tus ojos, la miel volátil de tus pies blancos, el volcán eléctrico de tu deseo.
Quiero reunir todas las palabras de todos los diálogos de Kusturica o Fellini y, amontonarlas, en un poema que podamos guardar en la cajuela del carro para tiempos de emergencia y carretera.
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Los Amigos Invisibles - Playa Azul