Amor es lo esencial.
Sexo, mero accidente.
Puede ser igual o diferente.
El hombre no es un animal:
Es carne inteligente, aunque algunas veces enferma. (Fernando Pessoa)
a Eli, por la fantasía
a Lewis Carroll y Trent Reznor, porque sí
te juro que soñé contigo Alicia,
te juro que soñé
con los pliegues sensuales de tu falda importada
y hasta soñé con Mel Zelaya
y con la bacteria tempestiva del Lago de Atitlán.
te lo juro, mi querida y amada Alicia,
te soñé jugando en la versión latina de tu Groovieland.
te juro
que soñé
con tus ojos, mi querida Alicia.
te juro que las mareas de felicidad
me hicieron flotar toda la entera noche
y tu risa me decía en lenguajes oscuros:
“mirá ése conejo, tan lindo y tan pendejo,
lo que quiere es que nos adentremos
en su triste y circunstancial agujero negro”
negro el olvido
negra la luna, al menos ése lado de la luna,
que seguramente tardaremos mucho tiempo en cruzar.
te juro que el cielo me habló de dulces y chocolates eternos,
te juró que en el clímax de mi sueño, la luna era un espejo blando
y los minutos eran caramelos que cambiaban de color.
vos dormís
ahora
(seguramente)
yo
observo
las pocas
estrellas
que se estrellan
en mi planeta de sismo y miel.
los niños pidieron sus dulces
nuestros amaestrados pero irreverentes dulces
se volvieron ácidos.
ácidos los síntomas
de una mañana hermosa, mi querida Alicia,
que nunca se conjugó
en nuestro preciado y humano verbo “amar”.
te juro
que ésos chavos del bar al que fuimos
te vieron con ojos disímiles, misérrimos,
sus ebrias torpezas fueron la pauta de su triste infamia.
ellos son escuetos por naturaleza, temibles, torpes.
te juro que el que llevaba la capa de superman
pensó en mi cuando te vio las piernas
y luego en el baño
su novicia nariz
sufrió de ganas
ganas
me sobran
para amarte,
mi querida Alicia.
los caminos o los agujeros negros
nos cruzaron para estar juntos,
talvez todos los caminos
llegan al lago, nuestro laguito,
talvez todos los caminos
son lo que yo
siempre imaginaba.
talvez vivir en todo caso,
mi querida Alicia, sea una manera de escapar
del mundo
del sufrimiento
de la valoración incalculable
de perpetuar el hambre
hambre
por vos tengo
y también quisiera
comerme el mundo
y sus once mil millones
de hectáreas carnavalescas, también quisiera.
yo nunca
pedí ser cursi,
te lo digo en serio, mi amada Alicia,
las canciones de Pimpinela y las de Leo Dan
se daban como sandías o cervezas bien frías en la costa de mi pasado.
fueron mis padres los culpables,
pero a pesar de todo no los culpo, sería absurdo,
la culpa es una acción incongruente
que nada tiene que ver con el amor.
a mi César Costa y Enrique Guzmán
no me gustan pero los amo.
el amor después del respeto
es una cosa muy distinta
que la política después que el dinero.
yo
solo te digo,
mi divina Alicia:
lo que importan son los actos
y aunque duelan las consecuencias
(acompááááááááááñame, porque puede sucedeeeeeeeeeeer)
...pon tu mano,
sobre mi mano
y a tu lado todo el mundo correré
ya ves, mi divina Alicia,
el conejo cursi, lindo y pendejo soy yo.
no nos queda de otra, Alicia, estamos hechos el uno para el otro.
el mundo es duro, la cerveza es suave.
¿acaso no ves cómo mis bigotes tiernos y mansos
se posan sobre tus muslos vertiginosos?
¿acaso no ves cómo el mundo se destroza
y se calienta luego cómo un horno descompuesto?
mejor vení, mi adorable Alicia, acercate a mi agujero negro.
mejor no nos arriesguemos tanto
dándole razón a la razón
mientras olvidamos los dulces de la vida,
nuestra vida que aún fluye sobre los recuerdos del Motagua.
mejor juntemos nuestras fuerzas, nuestros disfraces, nuestros dulces.
te juro que la pelusa es del alquitraje, no es la mía.
te juro que mañana, cuando despiertes,
todo habrá sido un mal sueño
y juntitos podremos nadar de nuevo en nuestro lago.
nuestro querido
y cristalino lago,
que respira y respira sin miedos
y en horas casuales pero míticas del atardecer.