miércoles, 6 de septiembre de 2006

IV (improvīsus)

Y tal vez era eso, lo que prestaba asu rostro de delicadas fac­ciones en ocasiones una mirada, tensa y contenida, que con­fería una extraña y anhelante cualidad a sus bellos ojos, un embrujo que pocos podían resistir. ¿Por qué hay mujeres que tienen ese hechizo en los ojos? (Ulysses, James Joyce)


A R.,





Tengo
un último
endemoniado
recuerdo
en stand by,
tratando de implorar exilio.
Tengo
una paz
de esas
irreversibles
que recién tatuado lleva ya,
tu estricto y soberano nombre.

Tengo
una cita
urgente
con el meridiano memorándum,
de tus sutiles y formales brujerías.
Tengo
un poemita
de esos 3x4
que salen fácil en cualquier momento,
mientras imploro tu presencia de amuleto.

Tengo
una fiesta
mandarina
estacionada en mi melena,
esperando tus lacias horas pico.
Pero sobre todas las cosas tengo
una soledad perenne y loca,
sumergida en tristes
puntos suspensivos
esperando llenarse
de tu tibia y fría
compañía.