dame un completo whisky a media mañana
te digo no es día para vernos
las caras tristes
el corazón esquiva
las horas duermen de agustia
en los callejones de la fatal pericia
el desencanto sólido es una maraña tibia
de corazones distantes y paródicos momentos
sólo te digo tuve la certeza
mírame las manos tengo coartadas insomnes
para nombrar un universo de pájaros esdrújulos
la calle duele
de interminables soledades en silencio
la mueca aquella
bien te la recuerdo juntándose sobre mis sombras
de alquitrán fumado
en el ataúd de la madrugada
ya hay gente paseándose por los jardines del olvido
te estoy guardando el miedo en la gaveta del fondo
no me mires la tristeza
que ezra pound dejó tatuada sobre esta colmena de huesos
sólo el aire ronda inquieto sobre tu mirada
y la tarde empieza a arder de risa
mientras en la salita de estar las cenizas mueren
sobre los ceniceros de fieltro con madero
no hay sobremesas en las casas de antaño
las familias riñen en las mesas de roble
promesas poéticas de atardeceres toscos
yo te sostengo el pulover
mientras asesino el whisky de un solo sorbo
pero enséñame una vez más la cicatriz de sueños
que no cicatriza nunca en tu laberinto de miel y muchedumbre
mientras servimos otros dos whiskys
para colmarnos los misterios de la tristeza
luego sentirás entonces
la calle sola
las luces pronto