miércoles, 1 de junio de 2005

Elvis agitó la sombrilla color rosa sosteniéndola firmemente con el puño izquierdo, mientras movía la cadera de lado a lado. Imagino, para secar completamente las gotas frías sobre el polyester mezclado con tricotina de su pullover blanco. Luego, entró a la Taquería Jonás y encendió un cigarro mientras miraba sorprendido la enorme rockola situada al fondo del cuarto principal. Colocó el guitarrón sobre una silla a su derecha y le dijo a Juan, en Memphis nunca llover... solamente caen leves llovisnos. Todos rieron. Hasta Pedro, del acordeón. Juan, no dijo absolutamente nada y Elvis pensó un poco molesto, y para coulmo me tengou que comer esta enchilado escuchando a estous mariashis qui no hablan, pidazo de cabroun.