miércoles, 16 de abril de 2008

Pequeño relato para invocar al diablo

–Ése maje tiene la misma puta maña, de invocar a la desdicha –me dijo refiriéndose al compadrito escritor que en ése momento se había parado para ir a mear al baño. –Fijate que el muy cerote no hace más que ir a poner música a los bares, y la mara bien que llega; ¡tan mulas los pisados! ¡Puro talishte el hijuepueta! No tiene ni idea de lo que pone el muy cerote, aunque a veces le salen sus buenas mierdas. Un día se va a encontrar con la más fiera y docta de las desdichas, ¡¡vas a veeeeer, Pablito!! –sentenció mientras le daba una jalada al Belmont.

–Tenés razón vos Chofo –le respondí al mismo tiempo que el compadrito escritor pedía dos Inditas, una Coca Cola, dos limones; y yo me levantaba a poner música culta (cultísima) en la delirante Rocola de la Dieciocho.