lunes, 1 de agosto de 2005

Proximidad

Hay algo tuyo que inunda las azoteas de mis soledades más anchas, más estrepitosas. Debe de ser tu liviana risa, tus insistentes manos, tu persistente ir y venir que llena mis ojos de fiesta cada vez que no hacen sentido mis insolentes maneras inválidas con el mundo. Debe de ser la flameante ola de tus universos, el exquisito cúmulo de paraísos que te rodean, la proximidad acaso, de mis cadavéricos infiernos con tus retóricos cielos. Tu soledad quizá, desnuda y solita junto a la mía.