lunes, 17 de diciembre de 2007

¡ Ufff !

Me puedo escuchar zumbando en el circuito cerrado de tu dermis. Puedo palpar tu tibia anorexia de sueños y promover festivales de cine mudo en la inevitable delicadeza de tu cintura recia. Las palabras me rebotan en el paladar de la urgencia, los líquidos me fluyen ilícitamente alrededor de los callejones de la tristeza. Tu vibrante sexo se desenfunda entre mis miedos, tu silueta se desmorona de adjetivos y verbos. Nos hacemos los mártires entre el silencio de la necia noche. Nos hacemos los expertos sobre la horizontalidad de los sudores mutuos.

Nuestras melenas se intrincan, nuestros anhelos se desvanecen como vacuos pasatiempos en desvelo. Hacemos ruido, hacemos textos cómo exégetas puntuales del momento. Nos destrozamos las alacenas de lo repentino, nos damos casaca entre las bofas risas del cortejo.